El asunto es matemático: hay seis tinajas de piedra por ahí y Jesús, que era invitado (y no promotor) le dice a los sirvientes «llenen las tinajas de agua». Ahora, el mismo pasaje dice que la capacidad las tinajas es de cien litros cada una y que son de piedra. ¿Ententendemos el esfuerzo que supone hacer aparecer de la nada seiscientos litros de agua? Un Jacuzzi promedio tiene sólo una capacidad de cuatrocientos litros. Lo de lo sirvientes es más milagroso que lo de Jesús– y lo voy a demostrar: si yo le pido a Rosita que me traiga vino, la man me lo trae. Pero si le pido que consiga una galonera de agua, me mira raro. Imagínate ahora pedirle 130 galones de agua. La man te pega.
Fui al Delportal ayer. No tienen ni siquiera treinta galoneras a la venta. Eso quiere decir que para suplir la mesiánica demanda, los sirvientes cananeos hubieren tenido que ir al Tía, al Megamaxi, al Mi Comisariato y al Delportal para quizás completar el pedido. ¿Y en qué carro van a ir? A mí no me mires que en mi Mazda no caben, eh.
Pero bueno, ya está, se producen los seiscientos litros de agua (recordemos, por favor, que las tinajas eran de piedra). Ahora viene Jesús y ¡chás! te hace seiscientos litros de trago. Con eso emplutas a una manada de elefantes, sí, pero ¿y el chuchaqui? Quiero decir, ¿habrá sobrado agua para el día siguiente o dejaron al pueblo desabastecido? Yo no lo veo muy previsor a Jesús. Era que la mitad la haga ron y la otra mitad cola.
Imagen de Helios: https://www.deviantart.com/heilos/art/The-Mighty-No-9-BECK-397394225