¿Necesitamos otro «Last of Us»? El arte en contra de la realidad

Last of Us, la obra magistral de Naughty Dog, volverá una vez más. Salió ya en 2013 para el PlayStation 3; lo remasterizaron en 2014, optimizado para el emergente PlayStation 4. Ahora el PS5 tendrá el suyo– pero, ¿es necesario?

Aaron Bayne de Push Square tuvo a bien de hacer un vídeo apoyando la necesidad de volver a hacer lo que ya se volvió a hacer, y entre los argumentos que presenta con el que más concuerdo es que las mejoras de las mecánicas de la segunda parte favorecerán a la primera. Recuerdo que cuando jugaba lo que hoy hemos de llamar «primera parte», sí me parecía raro que los protagonistas no tuvieran la capacidad de avanzar arrastrándose por el suelo –sobre todo porque me gusta a mí ir sigilosamente–. Esta habilidad ya la desarrollaron para la segunda parte, junto a otras mejoras en la mecánica del combate que, efectivamente podrían favorecer a la primera– pero hay que tener en cuenta que la primera parte fue diseñada teniendo en cuenta estas limitaciones, quizás las nuevas mecánicas cambien un poco el juego. En todo caso, esto me despreocupa, que un estudio como Naughty Dog no publica juegos sin pulir.

A mí lo que me preocupa es la fijación contemporánea con «el realismo». Me remito a la imagen que acompaña este artículo: sí, Ellie es más real en la nueva versión. Pero, ¿es acaso, la aproximación a la realidad tan importante? Porque en la imagen de la primera remasterización esa nueva es Ellie es más real, sí, pero es también menos vulnerable; los ojos desproporcionadamente grandes de la intervención artística del original hacen que Ellie parezca más indefensa, más desprotegida, lo que es esencial para la trama de la primera parte. Entonces no es parte de una dibujo accidental, está en línea con un diseño holístico que tiene una finalidad definida y esta finalidad no es la precisa representación de «lo real» si no una interpretación que interpele al jugador a reaccionar a Ellie de cierta manera. Arrimar el dibujo hacia «lo real» mata la mano de los artistas que hay detrás de lo que vemos.

En fin, que cada uno que vote con su billetera, claro está; a fin de cuentas yo no voy a comprar la primera parte (otra vez) pero no porque me figure que es innecesaria o por los cambios en el arte: a mí me parece muy cara, y eso es todo.

Imagen tomada de https://as.com/meristation/2022/06/10/noticias/1654851087_481113.html