No es tan difícil como dicen
Y no lo digo porque yo sea particularmente bueno en estos juegos. Lo que sucede es que siempre se puede invertir tiempo en subir de nivel venciendo a algún enemigo varias veces– lo que en inglés llaman grind. Sabiendo esto, me aventuré por Elden Ring con el conocimiento de que allí donde me mataban con facilidad era adonde no debía de estar. Esto es más fácil decirlo que ponerlo en práctica, porque es muy fácil intentar repetir y repetir tal o cual área en pos de superarla, pero a las finales mejor invertido queda nuestro tiempo, creo yo, volviendo a un área conocida en aras de subir de nivel. Pero que cada uno lo juegue a su manera, por supuesto, yo sólo quería hacer hincapié en que al tema de la dificultad hay solución.
De ahí, pues, como dije anteriormente en un artículo el único defecto que le veo es algo que se puede justificar como virtud: el recorrido de que cada uno de nosotros hollemos en las Tierras Intermedias será, para bien y para mal, único. Dicho así, la cosa no suena tan mala, pero mi queja fue que me quedé sin conocer a un montón de personajes secundarios porque hice algo fuera de orden o no di con un sitio con el que tenía que dar. Evidentemente no usé guías, pero siento que me quedé sin ver varias cosas que, si bien siguen ahí, esprándome en el modo de «nuevo juego», creo me hubiera gustado verlas en su momento. Pero, en fin, lo cierto es que estas narrativas de los personajes secundarios no son el plato fuerte de Elden Ring, pero sí lo sazonan.
Sé que el juego se autodefine como un «juego de rol»; yo tengo mis dudas sobre si pertenece a ese género, pero sin duda pertenece al género de las obras maestras. Lo recomiendo a todos, particularmente a los que disfrutan de la aventura del mundo abierto, y reitero para quienes la presunta dificultad los esté haciendo dudar que si bien no es fácil, el juego permite que con un poco de «grind» todo sea más llevadero.
Imagen de Jakub-radl vía https://www.deviantart.com/jakub-radl/art/Elden-Ring-909263822