Reseñas: «Top Gear» y «Top Gear 2»

Triste segunda parte.

Como todo ser cristiano-criatural, me crié con Top Gear. Ahora que he tenido tiempo para volver a jugarlos (de chiquito nunca los gané), puedo confirmar que, lastimosamente, las prisas son malas consejeras. Esta controvertida opinión llega oportunamente, sólo 20 años después de que los juegos salgan. La hubiera publicado antes, pero estaba esperando varias cuestiones, entre ellas, aprender a escribir, esperar a que se invente el Internet, la emulación, Blogger, y, por sobretodo, que yo cultive el suficiente discernimiento intelectual como para presentar esta opinión.

La principal diferencia entre el 1 y el 2 es que el segundo tiene la buena idea de darle al jugador la totalidad de la pantalla. Ya no ocupa «el rival» la mitad de ésta, de hecho, ya no hay un «rival» per sé. Esta y la siguiente mejora– la inclusión de un sistema de tienda mecánica para mejorar el carro son, a priori, las únicas diferencias relevantes– y que en el segundo hay más pistas (ocho países con cuatro pistas por país en el primero, dieciséis países también con cuatro pistas cada uno en el segundo). Si bien en el primero se podía elegir un carro y con ese carro uno se quedaba hasta el final –yo recomiendo el carro llamado Sidewinder, que tiene más agarre y menor consumo, dos cuestiones imperativas para ganar*– en el segundo uno empieza con carro al que le puede invertir el dinero que gane uno, y este conlleva relación con el lugar del podio en que se termine.

Éste es el gran defecto del juego. Al inicio, es muy difícil sacar buenos resultados; si lo juegas e «difícil», aún más. Si uno lo juega en un nivel intermedio y es juicioso y paciente en sus compras, terminará como yo: estoy por la mitad del juego y estoy ganando todas las carreras con facilidad porque ya tengo todas las mejoras relevantes. El asunto es que si lo hubiere jugado en la dificultad más alta, no hubiera ni siquiera clasificado a una siguiente carrera, menos aún hubiese podido comprar nada. Este delta entre «puedo ganar y ahorrar» y «no puedo ganar y no puedo ahorrar» está mal equilibrado. Y como encima el juego es largo, ¿qué debo hacer ahora con el resto del juego que se me hace fácil, pero que no será nada fácil si vuelo a iniciarlo en la categoría más difícil? Porque si ya en la dificultad intermedia el juego exige que uno se aprenda las pistas a la perfección, no quiero ni saber qué necesita el juego en los otros niveles.

Con el 1 me divertí mucho más. Por cierto, es imposible hacer que el carro rival no entre a boxes– lo he intentado varias veces, y el man te atraviesa como si uno de los dos fuera un espectro. Ya que estoy en el tema, creo que esto de los boxes es el punto más interesante de los juegos: me encantaba en el primero ir a boxes y tener que juzgar cuánto tenía que repostar, bajo la presión que si me demoraba perdería muchas posiciones, pero que si no repostaba lo suficiente, me iba a quedar botado en media carrera. Esta es una de las trágicas ausencias en el segundo– la otra es la música, que ya nos de Barry Leitch, si no de Patrick Phelan, que no hizo, a mi humilde criterio, tan esmerado trabajo.

Por todas estas razones, sólo puedo, a buena fe, recomendar el primero, o mejor aún, recomendar Horizon Chase Turbo.

Gremlin Graphics. Top Gear. Kemco, 1992. https://vimm.net/vault/1720.
Gremlin Interactive. Top Gear 2. Kemco y Vic Tokai, 1993. https://vimm.net/vault/1720.
 
Imagen de Stratica vía https://www.deviantart.com/stratica/art/Top-Gear-789195601

*Me entero ahora, en este sitio, que este carro es efectivamente el más fácil de usar, y me siento un poco humillado porque usé el más fácil, cuando yo pensaba que era yo un genio de la ingeniería por recomendarlo.