El primer juego que gano en un sólo día
Aunque nunca había jugado ningún otro exponente de este género de matamarcianos de dos palancas, no me ha impedido esta falta de experiencia disfrutar –y lograr vencer– este título de la pequeña casa de homenajes a los juegos retro que es Lillymo Games. Me costó mucho soltarlo.
Tuve la suerte de comprarlo a muy buen precio –en los descuentos de otoño de Steam– a unos muy merecidos $3.50; el juego normalmente cuesta $10, y ese es un precio que sólo recomendaría pagar a quienes les guste mucho el género. Ganarlo me tomó cinco horas, pero tengo muy claro que voy a seguir jugándolo porque hay una muy llamativa «nueva partida+», y aún me queda un montón de cosas por comprar. Y de esto justamente quería hablar: Si bien el juego comienza con un grado de dificultado aparentemente alto, uno puede ir comprando mejoras para que juego se haga más fácil; hay ochenta, y yo necesité diecinueve para ganarlo. Este metajuego de ir viendo qué se debe ir consiguiendo para mejorar a mí me atrae mucho, y si bien cuesta mucho acumular los créditos necesarios para cada mejora, como se ve, no son necesarias las ochenta para ganar el juego– seguramente alguien más hábil que yo lo pueda doblegar con mucho menos, pero lo cierto es que ir viendo qué nivel es bueno para repetir y sacar muchos créditos fue otra cuestión que disfruté bastante. Y, como ya dije antes, me siento aún motivado como para seguir con el juego y ver qué más compro, y ver con cuánta facilidad pasaré el juego en su modo de partida nueva. Así, que lo que se domina en cinco horas –o menos–, seguramente me durará mucho más.
En cuanto a lo que me suele llamar más la atención, lo literario en el videojuego, creo que hay en Habroxia 2 cal y arena. Hay textos breves muy amenos, como los del compendio de enemigos, pero también los hay más largos, que son los que explican la trama, y estos son innecesariamente inoportunos, y, desgraciadamente, están puestos en una tipografía que nada les favorece, porque si bien son amenos, no se los puede leer con facilidad– por lo menos con estos ojos viejos. Y cuando digo que son inoportunos los pobres textos, quiero decir que quizás podrían estar expresados en otro momento, o en de otra forma; a lo mejor esta forma en la que el juego los revela, en forma de diario que se puede leer tras cada conquista, sí es la idónea, y lo que yo plantearía, que es intentar incorporar lo que la protagonista dice en en el juego, a lo mejor interrumpiría la trama. No lo sé. Que algo a mí no me parezca idóneo no quiere decir que sea malo, pero así como se trata al texto es muy fácil omitirlo– lo que sería una pena, porque son muy buenos.
En cuanto a la historia, se agradece muchísimo que se ajusta perfectamente a lo que cuenta, en cuanto a su la gravedad de su tono: quiero decir que, en este mundo del videojuego, donde –parece– cada título trata con una crisis-super-mega-universal-que-si-no-se-resuelve-inmediatamente-es-el-acabose, Habroxia 2 tiene una historia que resulta mucho más íntima porque no trata de abarcarlo todo. Mas bien, al concentrarse, logra trasmitir las sensaciones de la protagonista ante lo que le ocurre, haciendo que su dietario se asemeje algo a ciertos diarios de guerra que he podido ojear, y haciendo, también, de ellos una lectura interesante. Así, aquí lo literario no sólo complementa lo que se ve, lo engrandece.
En fin, el juego lo recomiendo si se lo encuentra con ese generoso descuento que estaba ofreciendo Steam este otoño.
Imagen de Steam