2022: Los juegos que más disfruté

¡Qué buen año para los videojuegos! Mientras unos, quizás con razón, se quejan de que este año hubieron pocos lanzamientos de interés, siempre hay juegos viejos que pueden ser nuevos para uno. Por esto, los juegos que más disfruté de este año no son todos de 2022. Además, reiterando que el título dice «disfruté», aclaro que los aquí mencionados no son forzosamente los mejores que jugué este año, porque, quizás contradictoriamente, juegos que terminé este año –como Doki Doki Literature Club o Shovel Knight son objetivamente mejores juegos. Sin embargo, algo en estos que ensalzo en la lista me llenó de honesta alegría e infantil gozo– sobre ésto ya volveremos más tarde.

  1. Elden Ring (2022): Este es mi primer año entero en Steam– lo empecé a usar en noviembre de 2021. Veo que en Elden Ring gasté más de un centenar de horas este año. Y con justa razón. Ir de un lado a otro sintiédome explorador en una gran aventura despertó en mí la misma sensación que vivió mi imaginación infantil en unas épocas más idílicas. Quizás me hubiera gustado saber mejor qué mismo es lo que le ocurre a esa tierra, o qué misiones secundarias podía hacer, pero algo en la poca claridad con la que Elden Ring se presenta permite que uno llene los espacios vacíos con su propia interpretación de los hechos, lo que acusa la sensación de aventura y nos obliga a participar en ella más activamente.

  2. The Witcher 3: Wild Hunt (2015): Qué suerte tengo de que aún me quedan las expansiones. Es sorprendente (y es penoso) que este juego esté tan bien escrito; penoso, digo, no por el juego, si no porque que The Witcher deja en evidencia lo malos que son muchos otros juegos– y no sólo en lo narrativo, si no en lo gráfico. Este juego es un golpe en la mesa que aturde hasta a su sucesor, Cyberpunk 2077, que parece poca cosa al lado de este hito.

  3. Star Wars Jedi: Fallen Order (2019): No me imaginaba que este juego me vaya a gustar tanto. También tiene, a diferencia de los otros en esta lista, defectos– pero no reparemos en lo malo. No sé cómo consiguió este juego hacer que los personajes sean tan entrañables– sobre todo el robot BD-1, que logra lo que BB-8 no pudo hacer: conectarse directamente al USB de mi corazón.
Menciones de honor: Estos títulos me fascinaron; me engancharon, me hicieron sentir el disfrute infantil que vivía en las épocas de Mega Man X y Legend of Zelda: A Link to the Past. Si vuelvo siempre al leitmotiv de la infancia no es accidental– es sólo tedioso. El disfrute, pues, de allí viene, creo yo. Esto ya de mi área de conocimiento se escapa, pero el deleite que estos juegos crean a eso se remite.

  • Celeste (2018): No pongo Tal como Shovel Knight: Specter of Torment me atrapó en otros años (y este año, que lo volví a ganar) Celeste tiene esa terrible sencillez que atrapa, y que obliga a intentar ese salto una vez más... mil veces más.

  • Habroxia 2 (2021): Hasta donde recuerdo, que nunca es mucho, el único juego que he ganado en un día. De cabo a rabo, lo disfruté un montón.

  • Batman: Arkham Asylum (2009): ¿Qué mayor goce que el ser Batman? Mano en el corazón, si fuera otro el héroe en este título, otro gallo cantaría. Pero es Batman. Y Batman es chévere.

  • Sniper Elite 5 (2022): El juego del año de mi corazón. Este es un juego que siento que está hecho para mí, que me gusta esto de escabullirme, de ser paciente, y de creerme que soy un francotirador.

Imagen de ReneKovacArt vía https://www.deviantart.com/renekovacart/art/Elden-Ring-Fan-Art-905147898