Reseña: «Ace Combat 7» (2019)

Más de lo mismo, y eso es bueno.

Soy un pequeño aficionado de esta saga. No los he jugado todos, pero sí he jugado varios, y debo decir que sin duda es este el mejor de todos. No sólo por virtud de las mejoras gráficas que el tiempo le ha permitido a Bandai Namco, si no porque han abandonado esa mecánica que apareció hace relativamente poco de aplastar un botón para aparecer detrás del ave enemiga: eso se acabó. Si uno quiere asegurar un tiro, hay que ganarlo.

Despegues, aterrizajes, repostajes en el aire, el juego lo tiene todo. Tiene también esa historia medio sin pies ni cabeza que tanto me gusta en esta serie. Bueno, me corrijo, no es que no tenga la historia ni pie ni cabeza, es que yo no sé dónde están. ¿Usea está en guerra con Verusa pero son amigos de Farbanti– siempre y cuándo en Osea se respeten los pactos acordados con entre Belka y Vilcabamba? Yo no sé. Yo no sé por quién peleo. A veces me da la impresión de que el juego astutamente cita cuestiones que han ocurrido en otros juegos, pero no termino de aclararme. En sí, la historia particular del juego sí se sigue con facilidad, las animaciones son bastante decentes, la historia está contada de forma entretenida, y tiene la cantidad justa de esa sazón cuasi infantil que hace entretenido al animé. No voy a ahondar en eso porque en realidad ni yo lo sabría explicar: la historia es un poco tonta, un poco seria; se toma a sí mismo en serio pero también se aproxima al ridículo– y todo esto funciona, vaya usted a saber por qué.

El juego consiste en veinte misiones, unas más fáciles que otras. La dificultad a veces radica en tener que entender qué quiere el juego o encontrar entre el avispero de naves enemigas a las que hay que destruir en menos de diez segundos, so pena de que se acabe el mundo. A veces parece que podrían haber más puntos de control, pero en la repetición está el gusto. Uno puede ir mejorando la nave comprándole sus detallitos– tal como funciona en la fuerza aérea, donde se espera que los pilotos traigan la nave en la mochila. El juego da suficiente dinero para terminar una de las vías divergentes por donde va el camino de las mejoras (que deriva en cuatro aviones de caza distintos), y sugiero, pues, que uno elija de antemano qué avión quiere y se concentre en esa línea para lograr tenerlo al final del juego.

El juego va muy bien en el Steam Deck, y allí me valí de los cuatro botones de atrás de la consola para poder jugarlo, porque, como debe ser, a uno se le acaban pronto los dedos para tener que hacer desacelerar para evitar un misil, girar para seguir a un caza, aplastar «Y» para cambiar la nave a la que estamos apuntando y «X» para elegir el misil apropiado y «A» para dispararle, todo a un mismo tiempo. Hombre, esto es lo bonito de este género, y este juego, a mi criterio, el mejor exponente disponible hasta la fecha. El juego me duró 13 horas, y se me hicieron cortas.


Imagen de JetFreak-7 vía https://www.deviantart.com/jetfreak-7/art/Big-Three-511272152